Aunque en un principio este artículo parece que vaya dirigido únicamente para el sexo masculino os puedo decir que nada más lejos de la realidad, en Key Dance Magazine creemos que es bueno ponerse en la piel de tu compañero de baile y entender un poco mejor su postura, es por ello que hemos elaborado este post para saber las decisiones que llevan a los hombres a bailar o no hacerlo bajo ninguna circunstancia.

ellos también bailan

¿Bailas?, ¿yo? ¡¡pero qué dices!!, no tengo ritmo, yo no sé, seguro que se me da muy mal, eso de chicas, y que me vean, soy de bailar en barra, yo hago el baile del cubata, a mis años, quita quita, solo me gusta escucharla la música, eso no es para mi, ¡no¡ porque hago el ridículo y así un sinfín de posibles respuestas a la pregunta con la que hemos empezado.

No podemos negar que bailar “bien” es algo relativamente complicado que requiere tiempo, dedicación, esfuerzo, dinero, alguna posible lesión o molestia, sueño y (en el caso de la salsa) muuuuuuchas horas de 1,2,3…5,6,7 pero, también sabemos que el resultado merece la pena.

Motivo 1. El tiempo

No todo el mundo está dispuesto a invertir algunas horas a la semana aprendiendo a bailar. Es más que normal que nos de miedo comenzar y creer que no vamos a aprender nunca por mucho que lo intentemos. Cuando nos apuntamos a un gimnasio queremos ver nuestro bíceps más grande que el de Stallone y ser más duros que Chuck Norris Y Steven Seagal juntos en prácticamente una semana, no hace falta que nadie nos diga que eso se consigue poco a poco y con tiempo y con el baile, no es diferente.

Motivo 2. El sentido del ridículo y vergüenza.

Es el problema principal o tal vez uno de los más importantes. Creer que vamos a hacer el ridículo delante de los demás y que nos van a señalar por ello por el resto de nuestra vida, pero para eso tenemos la posibilidad de apuntarnos a una escuela o academia.

Motivo 3. Lo veo, me gusta pero nunca doy el paso.

Actitud y confianza en uno mismo. Si me paro a pensar en la cantidad de hombres que bailan alrededor del mundo nos salen muchos y acaso ¿ellos son mejores que yo? Pues NO, es una cuestión de confianza y actitud.

¿Cuál es la conclusión?

Pues que si sacamos un poquito de tiempo, dejamos de lado la vergüenza y tenemos confianza solo nos queda una cosa…decidir donde queremos apuntarnos para comenzar a aprender y tener claro que con el tiempo podemos ser grandes bailadores en las salas de baile.

Pero ¿cómo podemos aumentar nuestros conocimientos e ir más rápido? Seguro que en tu ciudad o cerca tienes algún evento, festival o congreso con el que aprender cosas nuevas y por supuesto, sal. Sal a bailar, noches de social entre semana, sábados o domingos, cualquier día es bueno para ir practicando lo aprendido. Al final un salsero es la mezcla de clases, técnica, práctica y mucho baile social.

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