Durante el pasado fin de semana tuvimos el placer de acudir al taller del gran bailarín Jhesus Aponte en el II congreso de las estrellas de Guardamar. Esa misma tarde, poco después de los ensayos, tuvo la amabilidad de concedernos un rato para sentarnos para hablar sobre él y su faceta de bailarín.

Jhesus Aponte lleva toda su vida dedicándose al baile. Ha sido dos veces campeón del World Salsa Championships entre otros muchos galardones y premios que ha recibido como el New York/USA Salsa Champion en los años 2003, 2005 y 2007 o el Puerto Rico World Salsa Open en el 2003.

Nacido en Puerto Rico en una familia de músicos, el ritmo se sentía en cualquiera de los cuartos de la casa y está claro que corre por sus venas. A día de hoy es un reconocido bailarín y gran coreógrafo al que admiramos por su increíble talento, dedicación y humildad. Tan cercano que a pesar de estar sentados con un grande del mundo del baile nos hizo sentir como si estuviéramos compartiendo un momento entre amigos.

Aponte ha enseñado y actuado en países de todo el mundo y el sábado pasado estuvo en España. Aquí te dejamos la pequeña entrevista que nos concedió para que puedas conocer un poco más sobre su vida profesional, tomar nota de sus consejos y aprender de esta gran persona.

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Entrevista a Jhesus Aponte

KDM: ¿Cómo comenzó tu pasión por el baile?

Jhesus Aponte: Comencé a bailar porque vengo de una familia de músicos. Mi papá es músico, percusionista, bajista y todos mis tíos por parte de padre son músicos también. La música en mi casa estuvo presente desde que yo salí de la barriga de mi mamá, y quizás antes. Me imagino que mi papá siempre ponía música en la casa. Mi mamá siempre me ha dicho: “Me bailabas en la barriga”. Así que sabían que iba a ser bailarín, o por lo menos eso es lo que dicen ellos.

KDM: ¿Como comenzaste a bailar?

JA: Desde pequeño comencé bailando salsa. La salsa siempre ha sido el nº 1 en mi vida. Luego empecé en atletismo. Hice muchas cosas pero nunca dejé de bailar salsa. En los festejos siempre era la atracción principal, en las fiestas entre familia, en las fiestas patronales, (que es como se llaman allí en Puerto Rico a las fiestas de los pueblos) donde llevan música y organizan bailes, cenas y todos se reúnen para celebrar. Allí era donde iba yo siempre a bailar. Como me veían tan chiquitito, las demás personas siempre me hacían un círculo (risas).

El primer día que tomé clases de Latin Jazz, me enamoré. Ahí fue cuando comencé a entrenarme como bailarín profesional.

Cuando crecí, ya en la universidad, una amiga se fue a tomar clases de Latin Jazz y me dijo si quería ir con ella. Cuando fui el primer día me enamoré. Fue desde entonces cuando comencé a entrenarme como bailarín profesional de Jazz. Luego de ballet, y además yo ya bailaba hip hop, salsa que aprendí en la calle.

KDM: Son muchos los eventos a los que has ido y muchas serán las experiencias y anécdotas que te habrán pasado. ¿Tienes algún recuerdo especial en la memoria?

JA: Siempre me quedan recuerdos muy especiales, como por ejemplo hoy. A lo mejor puede sonar pedante, pero la energía es siempre diferente en cada país y lugar al que voy. Al ver hoy a los chicos emocionados por la clase. Tenía allí a gente que me sigue y me da mucho placer ver. Personas que te dicen que estaban esperando la clase, y que sabes que no lo dicen por decir porque se ponen en primera fila y los ves disfrutar de verdad.

Había una chica que estaba en esa clase, en la esquina. Durante todo el rato ha estado divirtiéndose. Era un poco como la cheerleader. La veía bailando, reír y disfrutar durante toda la hora.

Todas las anécdotas me las llevo y las recuerdo con mucho cariño.

Ahora que tengo Facebook las puedo escribir “gracias por la energía” y esto me ayuda a acordarme al año siguiente. Y más porque te lo recuerda Facebook (risas). Seguro que alguna se me olvida pero por lo general de todos los eventos y experiencias me llevo alguna que siempre me acompaña y que espero contarle contarle a mis nietos, que no tengo todavía (risas). Pero si se lo cuento a mi familia cuando llego a Puerto Rico. A mi papá le encanta escuchar todas estas anécdotas tan especiales. Antes quizás no lo entendía así, pero cuando te sientas a pensar verdaderamente son muy especiales.

Así que una así solo no puedo decirte. Si quieres quedarte con esta última, la que pasó hoy. Esto es lo que me llena el corazón, ver que a la gente le gusta mi trabajo. Todas esas cosas son muy especiales para mi y hacen que siga hacia adelante.

A pesar de que yo soy un poco “picaduro”. Como artista hago lo que yo quiero y no lo que el público quiere que haga. Siempre he sido así pero esas cosas son las que me llenan de alegría.

KDM: ¿Qué le dirías a una persona que está empezando en empezar a bailar?

JA: Que estudie, que estudie y que estudie, de todo. Mientras más cosas tenga uno en el bolsillo mejor. Hay gente que se queja de que no tiene trabajo pero a veces hay que moverse del sitio donde estás porque a lo mejor estás en el lugar equivocado para el trabajo que tu quieres como bailarín. Hay ciudades donde no hay sitio para bailarines pero sí hay otros muchos sitios que están buscando bailarines.

A veces necesitamos el empujón de alguien. Si no lo tienen, ahora  yo estoy en la posición por mi trabajo para dárselo a esa gente joven y nueva que lo necesita.

La única etiqueta que me gusta que me pongan es la de buen bailarín

Yo soy un bailarín versátil, no me gusta que me etiqueten. Como buen bailarín sí, esa etiqueta me gusta, pero versátil. No solo he bailado salsa, Gracias a mi versatilidad, en Puerto Rico, los bailarines de jazz pensaban que yo era de salsa y los de salsa pensaban que era de jazz porque nunca me podían encajar en un etiqueta. Allí donde iba aprendía lo que me gustaba porque quería hacerlo bien. Me iba a estudiar cada cosa que me gustaba y aún lo sigo estudiando.

Ahora estoy haciendo pole dance porque si me aparece un trabajo como bailando o como coreógrafo para enseñar como utilizar el pole dance a algún bailarín o deportista (porque está considerado deporte), podré hacerlo. El hip hop, el jazz, el contemporáneo, el moderno… siempre que yo veo algo me meto a tomar clase. Pero además me meto en la clase de iniciales donde va cualquiera. Como desde pequeño hice con bachata, salsa, rumba, afro, todo eso. Cuando tengo oportunidad  me meto a las clases. Y la gente piensa ¿pero que hace el maestro aquí? Porque eso es lo que ellos tienen en la cabeza. En la mía yo soy estudiante. Siempre. Hasta de los mismos estudiantes aprendo. Por eso les aconsejo que estudien porque cuanto más conocimientos tengan, más dinero podrán ganar y estarán mejor respetado.

El respeto es lo más importante para mi. Pero es obvio que el dinero para otra gente también, porque también tenemos que vivir. Saber más disciplinas es bueno también porque podemos hacer esto, aquello y lo otro. Cualquier cosa que te pida, lo podrás hacer.

Yo me vengo aquí a España a estudiar con Nacho, mi maestro de acrobacias. Voy a Miami a estudiar con Emilio Pajardo. Ellos son también compañeros míos, saben lo que yo sé, pero que también me aportan algo y me ayudan. A veces me ayudan a verme. No sólo en el espejo. Ellos me ayudan a ver cosas que quizás yo no me he visto. Por eso el estudio es tan importante para mi, para ser versátil, conocerse, aprender y no oxidarse.

Sabemos que este mundo del baile es muy bonito aunque también tiene una parte mala y además exige mucho esfuerzo. Cuéntanos un poco que hay detrás de esas actuaciones que vemos, el día a día de Jhesus Aponte.

JA: Yo he aprendido por mi carácter, desde pequeño a defenderme. Siempre tuve un carácter un poco particular. De respetarme. Soy muy bueno, pero porque establecí un respeto. Había gente que me hacían bullying desde pequeño. Porque eres bailarín o porque no eres bueno… siempre habrá algún motivo por el que meterse contigo si quieren. Cuando empecé fue así y nunca me di por vencido. Además esas cosas las vas a encontrar donde quieras. En cualquier tipo de trabajo o situación lo vas a tener. Está en cada uno pensar en positivo: “Ellos dicen que sí, pero no importa. Si no me conoces, pues ahora me vas a conocer”. Pero voy a lo mío. No estoy pendiente de ese mensaje porque sino, pienso en negativo y me voy a quedar en eso.

En nuestro trabajo. En este mundo, hay muchas cosas malas que no debes prestar demasiada atención, porque no va para ningún lado.

Yo siempre intento mirar para otro lado con lo negativo y los chismes, para que no sean una influencia en mi, ni en mi trabajo. Siempre voy a lo mío, hacia lo que me gusta. Siempre me encuentro con gente que me quiere meter el pie, gente que me dice una cosa a la cara y por detrás van diciendo otra. Pero yo no pierdo el tiempo. Me daba mucho coraje al principio, cuando era más joven. Pensaba que quería matar a esa gente. Pero lo decía en el momento, luego seguía para adelante y se me olvidaba. Aprendí que no debía perder el tiempo en eso tampoco. Al final se demuestra todo. Me he encontrado con bailarines a quienes les he dado trabajo. Gente que en su día me llegó a decir “ah mira este que llegó del atletismo al baile” como algo malo. Y hoy esta persona le está dando trabajo. Mira como es la vida. Yo me he dedicado a estudiar mientras otros se concentran en la maldad y si solo te concentras en eso te llenas de frustración.

Me concentré en lo positivo y lo bueno. En mirar hacia delante, en estudiar. Me movía de país en país para ver donde estaba lo que me gustaba. Me encanta ver a la gente que va de congreso en congreso porque van estudiando. Y ves a alguno que son principiantes y al mes siguiente ya son bailarines profesionales y eso sólo se consigue con trabajo. Porque se lo han currado.

KDM: Con qué te queda de toda tu carrera como bailarín.

JA: ¿Con que me quedo? Con la energía y el gozo. Me divierto siempre y lo paso super bien haciendo lo que hago.

Ahora mismo estaba viendo a toda esta gente que estaba aplaudiendo en los ensayos (risas) Yo vengo a marcar en el ensayo porque luego me tengo que calentar bien para el show y llegas aquí y la gente no sabía si era el espectáculo final. La gente estaba mirando y a mi ya me sudan los pies, las manos… y me pregunta Javier Padilla, ¿de verdad te pones nervioso?.¡Claro! Como si fuera el primer día.

Como cuando me duele algo. Sé que me duele pero no lo pienso en el momento. Lo pienso después. Aquí es lo mismo. Ya estoy acostumbrado y estoy mirando lo que tengo que hacer. No me doy cuenta hasta que alguien me dice: oye, que estás sudando.

Quizás no es tanto nerviosismo, pero si ansiedad por querer hacerlo bien y verme bien. Porque puede que no le guste a todo el mundo, pero lo importante es que yo me sienta bien con lo que hago. Eso es lo importante. Lo que te sube el autoestima.

Todas esas cosas que he aprendido de con toda la gente que he conocido en mi vida y que han aportado un granito de arena a lo que soy hoy. Todo eso me lo voy llevando. Y al final siempre me acuerdo que gracias a todo eso he crecido y soy quien soy, como ser humano y como artista.

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